Gracias a sus propiedades únicas crecen rápido, los girasoles almacenan la mayor parte de su biomasa en hojas y tallos, y pueden absorber ciertos isótopos radiactivos.
La técnica de usar plantas para limpiar ambientes contaminados se llama fitorremediación.
Esta técnica ha sido utilizada exitosamente en áreas afectadas por desastres nucleares como Chernobyl y Fukushima.
Aunque en accidentes muy recientes puede no ser muy eficiente, la fitorremediación es una técnica prometedora que demuestra la capacidad de las plantas para recuperar el medio ambiente.