El Museo Jumex se enorgullece de presentar a partir del 15 de marzo la exposición “El diseño de Cartier. Un legado vivo”, que trae de vuelta la marca francesa a México después de 24 años de su exitosa exposición “Todas mis guerras” en el Palacio de Bellas Artes.
En esta ocasión, la joyería de la legendaria actriz mexicana María Félix es el foco central de la muestra. La exhibición no solo es un homenaje a la icónica diva, sino que también representa el legado de la marca Cartier en el mundo de la alta joyería.

La presencia de Pierre Rainero, director del Patrimonio de Cartier, en la exposición de 1999 en el Palacio de Bellas Artes, tuvo un impacto significativo en la forma en que los historiadores y curadores ven la joyería hoy en día, incluyendo a la curadora de la actual exposición, Ana Elena Mallet.
Ahí entendí que la joyería podía ser considerada arte. Ver esa exposición y relacionarme con las joyas fue un momento importante para mí”, dijo la curadora. “La joyería no solo es para dialogar con el cuerpo, sino marca tiempo e historia“.
El diseño de Cartier. Un legado vivo, es una oportunidad para apreciar la belleza y el valor artístico de estas joyas únicas, así como para entender la influencia que María Félix y Cartier han tenido en el mundo de la moda y el arte. Esta exposición es la oportunidad de ver de cerca la exquisitez de la alta joyería francesa en su máxima expresión.

El surgimiento del amor
l encuentro entre María Félix y Cartier fue magnético, y juntos crearon piezas que han perdurado en el tiempo. Gracias a su estilo, su espíritu libre y su gusto por el volumen, el color y la extravagancia, la actriz se convirtió en una verdadera musa para Cartier, compartiendo su pasión por el bestiario.
Con elegancia y distinción, María Félix supo lucir las piezas extravagantes que encargaba a Cartier, convirtiéndose ella misma en una mujer de la misma marca.
María Félix consideraba sus joyas de bestiario como sus animales fetiches, representando en ellas su espíritu guerrero y su fuerza indomable, pero serena.
De las panteras a los reptiles
En 1967, la icónica actriz encargó a Cartier un brazalete confeccionado con diamantes y ónix, adornado con dos cabezas de pantera con ojos de esmeralda. En el mismo año, también encargó un broche articulado de pantera en reposo, con las piernas cruzadas.
A pesar de haber comisionado esta última pieza, María Félix no llegó a conservarla por mucho tiempo, ya que fue adquirida posteriormente por otra gran clienta de la Maison: la Duquesa de Windsor.
Dentro de la fauna de Cartier, los reptiles ocupan un lugar especial y destacado. Desde 1910, los expertos joyeros de la maison han dado vida a los ágiles y ondulantes cuerpos de estas criaturas, creando impresionantes collares y brazaletes.

Las piezas icónicas
La leyenda cuenta que en 1975, María Félix entró decidida a la boutique de Cartier en Rue de la Paix en París. Con ella, llevaba una jaula con un cocodrilo bebé del cual quería que hicieran un collar lo más parecido posible.
El resultado fue una de las gargantillas más icónicas de Cartier y de María Félix. Una pieza con dos cocodrillos abrazados por el cuello hechos de oro amarillo y oro blanco de 18 quilates. Estaban cubiertos con un total de 1,023 diamantes amarillos, 1,060 esmeraldas colombianas y dos rubíes que simulaban los ojos.
Otra de las piezas más notables creadas por Cartier se encuentra en el collar de serpiente diseñado para La Doña en 1968. Su elaboración tomó varios meses y fue una verdadera proeza técnica, combinando platino, oro blanco y oro amarillo.
El cuerpo del collar está pavimentado con 2,473 diamantes de talla brillante y talla baguette, creando ondas de luz brillante que atraviesan la pieza. La parte inferior del cuerpo de la serpiente está trabajada en esmalte rojo, negro y verde, lo que acentúa aún más su belleza y realismo.
A pesar de su amor por los ofidios, en una entrevista la actriz declaró tener más pasión por los diamantes que por los animales, lo que quedó demostrado en 1971, cuando encargó un par de pendientes de serpiente en oro amarillo y esmalte turquesa a Cartier París.
¿Qué pasó con las joyas de La Doña?
Antes de su muerte en 2002, María Felix vendió por 20 millones de euros los collares de cocodrilos y serpientes a Cartier para ser agregados a su archivo histórico. En 2019, la firma francesa lanzó una versión actualizada de esos modelos con mejoras y hechas por el mismo artesano que trabajó con “La Doña”.
